por Redacción Infobrand
MARTES 25 DE AGOSTO DE 2009
Martín Frías, ex Gerente de Marketing de Bumeran.com y consultor de e-marketing, analiza el fenómeno de los nuevos perfiles que buscan las empresas, muy jóvenes pero plagados de habilidades para moverse en el mundo 2.0.
La relación Empresa/Cliente está cambiando: ya no se trata de vender, sino de crear conversaciones. Los clientes de hoy buscan que se los escuche y que así se satisfagan sus necesidades. En paralelo, la forma tradicional de hacer marketing resulta insuficiente, lo que explica la demanda de perfiles laborales que entiendan el código de comunicación de los “social media”. En la medida que como empresa pueda generar conversaciones con mis clientes, voy a poder identificar sus intereses y desarrollar un marketing cada vez más personalizado, relevante y esperado. Y esto, en un mercado saturado por el ruido publicitario, es un diferencial.
Seducción
¿Cómo hacen las empresas para atraer estos perfiles? Desarrollan comunicaciones con mensajes en sintonía con los candidatos, informales, des-contracturados, “des-corporativizados”, beneficios como Work-Life Balance, Happy Friday, juegos en la oficina o la posibilidad de trabajar desde casa o cualquier otro lugar. Esto seduce principalmente a los nativos digitales, porque experimentan una sensación de libertad. Otra situación es la contratación por proyecto, o free-lance: las empresas buscan testear el perfil y evaluar qué beneficios reales genera, para a partir de ahí hacer una contratación efectiva. Las oportunidades de desarrollo están a la orden del día, y el foco en el talento hace que muchas empresas cuenten con planes de carrera sumamente acelerados: hoy un joven profesional de 25 años puede aspirar a una gerencia en IT, hace 20 años esto era una excepción.
Oportunidades y Amenazas
Hay una falta de claridad en la definición del perfil y el alcance de sus funciones. Resulta necesario trabajar en lograr un equilibrio entre el saber tradicional y el saber digital: no alcanza con ser un networkholic para desarrollar una carrera profesional, también es necesario tener una formación académica sólida. La incorporación de un perfil no resuelve mágicamente las expectativas de la empresa: si la cultura digital es fomentada desde el vértice superior de la pirámide, los resultados se maximizarán notablemente. Potencialmente, puede darse un choque cultural propio de la incompatibilidad de perfiles. Como beneficio, las empresas que sumen este tipo de perfiles ganarán en entendimiento del mundo digital y sus herramientas. Si el trabajo se realiza adecuadamente, ahorrarán tiempo en ejecución. Si el proceso de cambio está bien administrado, se generará una cultura digital en la organización que será beneficiosa para todos.
Por Martín Frías
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